Consejos para practicantes que se aplican a todos los empleados
Pilita Clark
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Pilita Clark
Hace poco, los jefes del banco de inversión Jefferies decidieron escribirle una carta a la nueva cosecha de practicantes de verano (boreal) y publicarla en el sitio web de la empresa. Richard Handler y Brian Friedman les dijeron a los reclutas que estaban a punto de entrar en un mundo de "combate mano a mano", donde estarían "luchando en las trincheras" para alcanzar "objetivos complicados y difíciles".
Les dijeron que tendrían que aprender a nadar, ya que serían lanzados "al centro de la acción" y cuando inevitablemente les entrara agua por la nariz, tendrían que aprender a "arreglárselas". Yo apuesto a que aprenderán a hacer eso mismo.
Al igual que cientos de otros practicantes que se están dispersando a través de Wall Street y más allá, los 166 novatos de Jefferies fueron lo suficientemente listos para sobrevivir un riguroso proceso de entrevistas para un puesto originalmente solicitado por 3.500 candidatos.
Asumo que eso quiere decir que tendrán la inteligencia para ignorar casi todo lo que escribieron Handler y Friedman.
El primer consejo del dúo es una llamada estilo Trump para que los practicantes aprecien el "tremendo flujo". En otras palabras, su argumento es que deberían querer trabajar en una firma que tiene lo que llaman "una enorme cantidad de acción": negociaciones, intercambios, ideas, etcétera. Pero seguramente, los practicantes ya quieren esto.
Dudo que un solo pasante haya solicitado trabajar en un lugar como un banco para aprender a depositar cheques. Todos tienen que saber que han llegado a un banco de inversión donde el "flujo" se supone que sea rutinario.
El siguiente consejo de los jefes es aún más extraño. "Deben sentirse emocionados por la gente que conocieron durante el proceso de entrevistas y por todas las personas con las que van a trabajar este verano".
Esto es pura basura. Nadie tiene que sentirse "emocionado" por otra persona en el trabajo, ni siquiera un practicante.
Los compañeros de trabajo que los novatos de Jefferies conocerán este verano probablemente serán como los de cualquier oficina. Algunos les caerán bien. Otros serán aburridos. Unos pocos serán sinvergüenzas, y uno o dos serán admirables. Esperar incesante emoción de todos es una idiotez.
En mi experiencia, puedes terminar trabajando con gente inteligente, divertida y generosa en tu carrera. Pero sólo si tienes mucha suerte.
Handler y Friedman tienen aún más que decir sobre la emoción cuando hablan de lo que ellos llaman la "misión". "Ustedes deben escoger una firma que tenga una misión y un propósito que se alinee con sus metas y les emocione", dicen.
Nunca he trabajado en un banco de inversión, pero conozco a muchas personas que sí. No se me ocurre ninguna que me haya mencionado alguna vez la misión de su firma, mucho menos si ésta le emociona.
La mayoría de ellos va a trabajar por las mismas razones que yo: les gusta que les paguen por hacer algo interesante. A muchas personas no les encanta lo que hacen, pero están muy a favor de la considerable cantidad de dinero que ganan. No culparía a ningún practicante por anhelar lo mismo.
En realidad, si yo fuera pasante de Jefferies, me sería mucho más útil leer lo que los expracticantes han dicho en sitios como Wall Street Oasis, que ha publicado un montón de consejos para los "pasantes veraniegos" de este año.
"Cumple con las horas, aunque sea para que te vean", dice uno. Pero no dejes que nadie sepa que eso es lo que estás haciendo. En cambio, encuentra algo útil que hacer, aunque sea aburrido.
También, pórtate como si todo lo que haces y dices fuera observado, porque probablemente lo es.
Esto es sensato, especialmente si estás compitiendo con otros 160 luchadores agresivos por la atención de un montón de gente ocupada que tiene el poder para moldear tu carrera.
También me gusta la sugerencia: no hagas preguntas que puedan ser contestadas por Google. Y ésta: ofrece mucha ayuda, pero no lo hagas si no hay esperanza de poder darla.
En realidad, entre más pienso en estos consejos, más convencida estoy de que se aplican a todos en una oficina, no sólo a los practicantes.
No te quejes. No presumas. No hables demasiado por teléfono. Trata de ser agradable. Escucha y espera que la gente deje de hablar. Cuídate mucho en cualquier evento donde haya alcohol.
Finalmente, no olvides que si quieres seguir ahí, tendrás que satisfacer los caprichosos impulsos emocionales que motivan a tus jefes.
A los nuevos practicantes de Jefferies, les deseo la mejor de las suertes.